
Vitamina C
La vitamina C, o Acido Ascórbico, es un nutriente esencial en la dieta. Debido a que el cuerpo no produce ni almacena vitamina C, esta vitamina soluble en agua debe obtenerse a través de la dieta o la suplementación. Es un potente antioxidante y contribuye con el funcionamiento normal del sistema inmunitario durante el ejercicio físico intenso y después de este. Tiene muchas funciones fisiológicas importantes, como la producción normal de colágeno para el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos, de los huesos, cartílagos, encías, piel y dientes, así como la adecuada cicatrización. La vitamina C participa en el metabolismo energético normal y con el funcionamiento del sistema nervioso, además de una buena función psicológica. La Vitamina C protege a las células del daño oxidativo con lo que contribuye a la reducción de la inflamación y a reducir el cansancio y la fatiga. La FDA aprueba altas dosis de vitamina C para tratar su deficiencia, pero su uso médico y nutricional es mucho más amplio. En primer lugar, la vitamina C, inyectada por vía intravenosa, se conoce como un potente agente anticancerígeno coadyuvante desde la década de 1980, gracias al trabajo del ganador del Premio Nobel Dr. Linus Pauling. Funciona también para reducir los efectos secundarios de la quimioterapia por su poder antioxidante. Más recientemente, las altas dosis de vitamina C intravenosa se convirtieron en un procedimiento básico en el tratamiento de la enfermedad de Lyme crónica, la fibromialgia y las afecciones neurodegenerativas.Para la terapia, aplicamos una vitamina C de alta calidad en cantidades de 12,5 g hasta 100 g por dosis. Es importante tomar esto en cuenta ya que popularmente se comercializan sueros con supuestas “Mega-Dosis” donde le aplican cantidades menores a los 10g de vitamina C, lo que no produce los efectos deseados antes descritos.
- Tratamiento complementario del estrés oxidativo y estados inflamatorios: ayuda a neutralizar los radicales libres (átomos inestables que causan daño celular). También actúa para proteger las células del daño causado por estos.
- Mejora la función inmunitaria.
- Coadyuvante en prevención y tratamiento de cáncer.
- Potente efecto neuroprotector debido a su efecto reductor de los radicales libres relacionados con la génesis de varias enfermedades neurodegenerativas.
- Reduce el riesgo de enfermedades autoinmunes y alergias ya que reduce el estrés oxidativo y además modula al sistema inmune.
- Previene la deficiencia de hierro: ayuda a absorber el hierro.
- Contribuye a fortalecer el colágeno: es un cofactor esencial que estabiliza las proteínas necesarias para la formación de colágeno. El colágeno es necesario para formar el tejido conectivo del cuerpo, como los vasos sanguíneos, la piel, los tendones, huesos y ligamentos. También es esencial para la cicatrización de heridas y regeneración de tejidos.
- Por su acción sobre el sistema nervioso ayuda a mantener un buen estado de ánimo.
¿Cuánto dura una sesión de terapia intravenosa?
Una sesión promedio toma de 30 a 45 minutos. Los tratamientos con NAD y las infusiones con quelantes que se explican a continuación, pueden necesitar de 1.5 a 3 horas para completarse. Los tratamientos especializados pueden incluir procedimientos que se realizan antes o después del goteo intravenoso y se puede extender el tiempo total de la sesión.
¿Qué tan rápido sentirá los efectos del suero intravenoso?
Los tratamientos de terapia intravenosa a menudo dejan a la persona sintiéndose renovada y revitalizada una vez que se completan las sesiones porque hidratan el cuerpo rápidamente y aportan nutrientes. La rapidez con la que se sienten otros efectos varía según el tratamiento y el problema de salud que esté abordando, entre otros factores. Hay algunos efectos que son acumulativos como por ejemplo la desintoxicación hepática o el aumento del rendimiento cognitivo, ya que estas funciones que requieren de tiempo para optimizarse y generar efectos perceptibles en la salud, sensación de bienestar y agilidad mental.
¿La terapia intravenosa es buena para usted?
La terapia intravenosa es un método de tratamiento versátil que puede ayudar a abordar una amplia variedad de condiciones de salud. Como resultado, la terapia intravenosa se ha vuelto más popular en los últimos años como un tratamiento para abordar la salud en general y prevenir problemas específicos. Los tratamientos intravenosos aseguran que el cuerpo esté hidratado y rico en nutrientres, lo cual es esencial para que funcione de manera óptima. Este tipo de terapia puede contribuir o maximizar los efectos de otros tratamientos que esté llevando.
El ingrediente más abundante en la terapia intravenosa son los líquidos, también conocidos como soluciones salinas. Los líquidos intravenosos hacen más que solo administrar vitaminas y medicamentos. Los líquidos intravenosos ayudan a hidratar el cuerpo, lo cual es esencial para el correcto funcionamiento de todos los órganos. La hidratación tiene dos componentes: líquidos y electrolitos.
El comportamiento del volumen de las células en una solución se conoce como tonicidad. Las células tienen dos partes: intracelular, que es el interior de la célula, y extracelular, que es el exterior de la célula. El líquido puede transferirse entre estas dos partes en un proceso conocido como ósmosis para alcanzar la tonicidad ideal, que es el estado isotónico.
Los electrolitos son minerales contenidos en el cuerpo que tienen una carga eléctrica. Los electrolitos son necesarios para varias funciones corporales esenciales, que incluyen:
- Transferencia de vitaminas y nutrientes a las células.
- Eliminar los deshechos de las células.
- Apoyar la función cerebral, muscular, cardiaca y nerviosa.
- Equilibrar los niveles del agua.
- Equilibrar los niveles del pH (Acidez).
La administración de cualquier tipo de tratamientos por vía intravenosa puede presentar algunos efectos secundarios, sin embargo, estos se mitigan significativamente cuando se busca tratamiento de un médico con licencia, capacitado y experimentado. Algunos ejemplos son:
- Hematoma (“morete”) en el lugar de la aplicación.
- Endurecimiento e inflamación de la vena.
- Ardor en la vena durante la aplicación.
- Alergia a alguno de los ingredientes.
- Nauseas o mareos.